Complementar una estrategia outbound e inbound puede ser muy efectivo para alcanzar los objetivos de una campaña en particular. Ambas estrategias tienen sus propias fortalezas y debilidades, y cuando se utilizan juntas, pueden cubrir una amplia variedad de canales y audiencias.

Por un lado, una estrategia outbound se enfoca en encontrar y alcanzar prospectos a través de medios tradicionales como llamadas en frío, correo directo, anuncios publicitarios, ferias y eventos, entre otros. Es decir, es una estrategia de «empujar» mensajes hacia el público. Si se utiliza correctamente, una estrategia outbound puede ser muy efectiva en la generación de oportunidades de venta rápidas y en la identificación de nuevos clientes potenciales.

Por otro lado, una estrategia inbound se enfoca en atraer a los clientes potenciales hacia la marca, generalmente a través de contenido educativo y relevante, como blogs, redes sociales, videos, infografías, entre otros. Es decir, es una estrategia de «atraer» al público hacia la marca. Si se utiliza correctamente, una estrategia inbound puede ser muy efectiva en la generación de una audiencia comprometida y leal.

Ahora bien, al complementar ambas estrategias, se pueden aprovechar las fortalezas de cada una. Por ejemplo, se puede utilizar una estrategia outbound para alcanzar a los prospectos que no están familiarizados con la marca o no son parte de la audiencia objetivo actual, mientras que una estrategia inbound puede ayudar a educar y nutrir a la audiencia actual para que se conviertan en clientes leales.

Además, una estrategia outbound puede generar una demanda inmediata, mientras que una estrategia inbound puede ayudar a construir una demanda a largo plazo y una marca sólida. De hecho, una estrategia inbound bien implementada puede hacer que una estrategia outbound sea más efectiva al atraer a los prospectos a la marca antes de que se haga el contacto directo.